La Leyenda del Campo Grande

19 Ago, 2021

Si hay algo que debemos agradecer a escritores como José Zorrilla, es el habernos permitido conocer más sobre nuestra ciudad a través de sus obras. Esta leyenda tradicional se titula Recuerdos de Valladolid. Recogida en verso, nos cuenta un relato sobre un triángulo amoroso que acaba en tragedia.

Ana Bustos de Mendoza era la cortejada por Tello Arcos de Aponte, aunque ella estaba comprometida y decidida a casarse con don Juan de Vargas. Por cosas del destino, su amado fue injustamente acusado de un asesinato que le hizo trasladarse a Italia. Antes de abandonar Valladolid, doña Ana le prometió a don Juan esperarlo durante un año, y tanto lo amaba que lo esperó dos, sin recibir ni una carta. La familia de la dama se encargó de que fuera perdonado por la justicia para que pudiera volver a Valladolid y casarse con Ana.

Don Tello cortejó a doña Ana a sabiendas de que ella esperaría a su amado durante un año. El pretendiente no dudó en esperar a Ana con tal de poder casarse con ella después. Pasado año y medio Don Tello, cansado de esperar, le planteó a Ana la necesidad de casarse cuanto antes. Ana aceptó y prepararon los detalles.

Una tarde de Octubre, la hermosa mujer y su nuevo prometido esperaban con ansias la boda, mientras a su casa llegaban nobles a darles la enhorabuena.

En ese mismo momento, un hombre galopaba sobre un caballo negro, cruzando la puerta del Campo Grande. Tras recorrer varias calles, se detuvo frente a la casa de los Mendoza. Llamó a la puerta con fuerza, y don Tello, petrificado, vio que se trataba de su rival.

Antes de decirle nada a la familia Mendoza, don Tello invitó a don Juan a luchar, aunque el recién llegado no entendía los motivos. Ambos se desplazaron hasta el Campo Grande y comenzaron a luchar. Don Tello le explicó a don Juan que esa noche estaba preparando la boda con doña Ana, palabras que enfadaron mucho a su contrincante.  Don Tello decidió ganar el combate usando la astucia: fingió que alguien iba a ayudarlo a derrotar a don Juan: “¡Detente! ¡No le mates!”. Al volver la cara don Juan, Tello le atravesó el pecho con su espada. Así, el futuro esposo de doña Ana, se llevó su secreto a la tumba, haciendo pensar a todos que don Juan desapareció por infiel.

 

¿Conocías esta leyenda? En nuestro blog encontrarás más leyendas como estas.

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